No me pidáis nada

Volveré de entre los muertos, algún día. Hasta entonces, seguiré observando desde aquí debajo. Seguiré viendo vuestros fallos, obviando los míos y convirtiéndome en un crítico, un hipócrita, poco a poco. Volveré de entre los muertos, pero el sabor de mi boca seguirá siendo el sabor a tierra que dejaste antes de marcharte. Porque, al fin y al cabo, hay cosas que no cambian una puta mierda.

Me habré ganado el cielo mil veces y, al siguiente instante, lo habré dejado escapar, o lo habré perdido, pero lo que importa es la ganancia. Saber que sus puertas han estado abiertas, para mi, es un consuelo. No te hablo de un cielo post-mortem, te hablo de un cielo en la misma vida, en el mismo barro que pisas.

Siempre fui demasiado bueno para todos. Siempre fui ese alguien especial, y siempre acabé cansado de serlo. Me dijeron: 'tú no cambies', pero no hicieron nada porque yo siguiese así. Me dijeron: 'tú me cambias', pero no hicieron nada por seguir así.

No intentes buscarle el sentido. Sólo si vives aquí dentro lograrás entender que nadie puede encontrarle el sentido. Yo, de vez en cuando, hablo en voz alta y me miro desde una tercera persona, cenitalmente, para intentar entenderme. No lo estoy haciendo bien.

Sólo espero que no cambiéis. Que no sigáis iguales. Sólo espero que no me pidáis nada.

2 comentarios: