Lo llamaremos vida

No consiste en follar. No consiste en quererla. Sólo es... qué carajo, saltemos al vacío.

Podría perderme durante días en tu cueva y pedirte que cerrases los ojos para que no entrase la luz del Sol. No quiero encontrar la puta salida de este sitio. Aquí dentro me siento protegido de todo aquello que me jode día a día y me hace perder años de vida.

Se me caerá el pelo, los pulmones se volverán de color de ruedas viejas y habré bebido Johnnie Walker hasta el vómito. Perderé los dientes y las fuerzas y las ganas de saber que la muerte espera al final, con una sonrisa de: 'Joder, viejo, tú has sabido hacerlo mejor que nadie.'

Y que suenen todas las piezas y se partan las agujas que yo seguiré amándote igual de mal que el primer día. Te diré cosas bonitas cuando todo suene feo y pediré que abras los ojos todas las mañanas para saber que ahí fuera las cosas son terribles. Pero yo soy un cobarde y no saldré de aquí.

Te regalaré una rosa el día del aniversario de cualquiera de esos desconocidos y brindaremos porque yo soy muy malo con las fechas y tú eres muy mala conmigo. Y tus tacones no sonarán porque te llevaré en volandas hasta la cama, donde haremos el amor hasta que nos suene a monotonía.

Entonces sabremos que ha llegado el momento de dejar de llamarlo amor y lo llamaremos vida.

Mierda de tipo

"Yo era un mierda de tipo que además pretendía ser reconocido como una especie de héroe sin hazañas, un mentiroso más, un prototipo fabricado a la medida de mis miedos de uvas verdes "y yo quisiera pero no me da la gana", un falso vagabundo que no erraba por gusto sino por cobardía, un viajero de mujer en mujer sin pelotas para quedarme en ninguna, un excepcional fabulador cómico con cuatro chistes en el repertorio, cuya única virtud era no repetir función para no descubrir su farsa."
Un jamón calibre 45 - Carlos Salem.