Me tiro de cabeza

Ya no podía más. Soy un tipo relajado y los que me conocen lo saben. No me molan un pelo los malos rollos y siempre los evito. Me gusta el buen humor. El buen ambiente. No pasarlo mal. Que no haya situaciones incómodas. Me callo todo lo que me jode aunque no sea bueno. Lo digiero y lo expulso a modo de cachondeo por los poros. Pero hay cosas que sobrepasan los límites.

Qué edad tenemos, tíos. Por qué cojones se comportan como niños. No razonan. O blanco o negro. O eres de los buenos o eres de los malos. ¿Y los que se quedan en medio? Qué pasa con ellos. Eh. Qué cojones pasa con ellos. Acaso tienen la culpa o qué.

Yo me metí en esto. Sabía lo que iba a pasar y le eché polla. Asumí todas las responsabilidades desde el primer momento. Y ella lo sabía. Jura. Lo sabía. Mi mejor colega lo sabía. Cómo no lo va a saber. Ser el mejor colega implica que lo tenía que saber.

El resto... ni puta idea de nada. Cero. Nadie se imaginaba nada. Era imposible. Ninguna boca podía abrirse. No iba a dejar que abriesen su puta bocaza.

Pues nada, el día llegó. La peña se enteró. La peña cree que se enteró. Y qué pasó. Que todos abrieron su enorme y puta bocaza. Todos. Algunos correctamente y de la manera en que había que hacerlo. Otros... bueno. Otros simplemente estaban esperando para ponerse a ladrar. Ladran. Sueltan babas. Intentan morder. Pero no. No tienen ni puta idea de qué coño está pasando. Y lo peor es que fallan los mordiscos.

Tíos. Si no sabéis de qué va la baina, no os metáis nunca. Es el único consejo real que os puedo dar. Si no estáis enterados de lo que pasa, no hagáis de abogado. No disparéis con los ojos cerrados. Por qué esa peña ha tenido que aguantar toda esa mierda de boca de algunos por mi culpa. Por qué ahora ellos no pueden ni mirarse por la calle por unos comentarios hechos desde la puta rabia. Muérdete la lengua, joder.

Me toca los cojones su puta doble moral. ¿Venís a darme clases de moral? ¿A mi? ¿A MI? No me toques la polla. Cómo se te ocurre nombrar la palabra amistad cuando estás dejando en la mierda a todos los compis. Cómo coño se te ocurre.

Los que leáis esto no sabréis de qué va todo esto. Algunos se harán una mínima idea. Otros sudarán de todo lo que pone y otros leerán entre líneas y sacarán cosas en claro.

Yo sólo os digo que sudéis de los comentarios que haya por ahí. Que digan de vosotros toda la mierda que quieran. Aunque tengáis fama de ser el mayor hijo de puta de la Tierra. Eso da igual. Tú sabes cómo eres. Tus compis saben cómo eres. Eso es lo que importa.

Pero, tío, en serio. Nunca. Repito, nunca, dejes que hablen mierda de tus colegas. Sáltales al cuello en cuanto empiecen a ladrar. No permitas un sólo comentario que difame la persona del que se deja los huevos por ti. El amor de un colega es igual de importante que el amor por tus viejos. Le da doscientas mil vueltas al amor por esa tía. Le da millones de vueltas a cualquier cosa. Lo primero es tu familia, y mis colegas son mi familia.

Lo juro, macho. Si me conoces sabes que no me gusta meter ni el dedito. Pero si tengo que meterme... me tiro de cabeza.

2 comentarios:

  1. Pedirle a la gente que no opine de lo que no sabe? Mucho pides...
    Suerte. Tus colegas tienen un buen colega ;)

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