Caos absoluto

Algún día iba a tocar volver a la fútil vida de estudiante y dejar los sueños de otras maravillosas experiencias a un lado. Hoy ha llegado ese día. Sigo revolviéndome entre papeles, pero no contienen palabras, sólo números, fórmulas matemáticas, códigos... es un caos absoluto.

Folios en blanco se inundan de tinta color azul a un ritmo increíble. Mi muñeca emite ya el mismo sonido que una hormigonera al girar. Después de medio año sin dar un palo al agua ahora toca el rol de monje del medievo. Encerrarse en un cuarto en penumbra y estar encorvado durante horas y horas. Puta mierda.

Pero a Dios pongo por testigo que me pegaré la fiesta padre antes de empezar los exámenes. Y después, también. He dicho.

Sed felices. Y si notáis mi ausencia no os preocupéis. Sigo estando ahí.

¿Quién coño llega desde el Twitter? Dad pistas, fuck!

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