Qué si sólo veo vuestra hipocresía

Vuelvo a tu cabeza como días de colegio,
sé que lo que importa no suele pasar despacio,
oigo el estallido de las bombas que presagio,
no pueden tocar ni un pelo de los huevos de este socio.
Si ves mi sonrisa no preguntes si voy puesto,
miras en mis ojos, sólo dejo ver cansancio,
prueba de mi boca, sólo escucharás silencio,
huelo a: bueno no está mal, al menos no folla despacio.
Gracias por los días de tensión y por la angustia,
me hicieron ver el mínimo valor de esta modestia,
íntimo es el último recuerdo de esta bestia,
jamás encontré a nadie que compartiera mi asfixia.
Pifias por la calle con los puños apretados,
me guío por los calos de los pocos que me prestan,
compañía en silencio acompañada de unos tragos,
solemos beber mucho cuando todo nos molesta.
Vi los dieciocho, mal criao' este pesimismo,
de mí mismo, de mi egoismo y controversia,
qué si sólo veo vuestra hipocresía,
pues claro que no eres mejor, en qué coño pensabas.
Comprobé cómo el tiempo hacía daño y no justicia,
dentro de mi lógica aún pervive la nostalgia,
Dios me salve de olvidar mejores días,
no te inventes tonterías, las desgracias llegan solas.
Hablo vuestro idioma pero pienso en axiomático,
sé que mis problemas no son para ningún médico,
fe para los padres de esos chicos problemáticos,
padres de los míos cada día ven sus méritos.
Nadie como tú sabe que tú no vales nada,
yo no siento joderte con otra verdad incómoda,
algo en su mirada tiene veda y sin intriga,
yo borracho en la cocina oigo sus pasos en la entrada.
Mi opción suele ser ninguna de las anteriores,
no sabe, no contesta y sufre con sus depresiones,
dentro de la regla sólo hay pipas y mamones,
no hay un hombre que se precie que no vomite en los cánones.
Fuera de renglones es lo mismo que en canciones,
mi vida es mi vida y no me invento otras versiones,
putas mal paridas buscan glorias y ovaciones,
la verdad es un bien preciado, tú mejor sigue los márgenes.
Buscan una polla que sepa escribir poemas,
yo soy el poema que está buscando su coño,
a veces, como Chaman, sé que le hablo a mis demonios,
con la fe de que en otoño no se acuerden de mis trampas.
Tengo la sonrisa de su boca y es honesta,
y con eso sé que basta para hablar de recompensa,
la vida no compensa pero pasa y va con prisa,
hay dos tipos de personas: los que están y los que piensan.


Busco respuestas, desconfío en exceso, vivo entre recuerdos,
a cuestas con el frío y el peso de veintiún inviernos,
soñando con un mundo sin cadenas y sin líderes,
aquí los hombres libres no queremos tener dueños.
Humildes y bohemios, alumnos de la experiencia,
todo cae por su peso, por inercia, recuerda,
fumo mientras pienso quién tuviera corazones de reserva,
no existe ley en la supervivencia.
Cada uno hace su historia y solito seca sus lágrimas,
si no ves más allá de tu soberbia mejor que espabiles,
respira y céntrate, trata de no rendirte,
mira siempre hacia delante, acostúmbrate a dar lo que pides.
Lo principal es que te ames a ti mismo,
que no pierdas el tiempo y que recuerdes por lo que peleas,
sentado ante un folio escribiendo un himno,
quemo, rulo, enciendo y las caladas van dándome ideas.
Día tras día cada uno forja su destino, créeme,
podéis hablar de más, pues no hay nada ya que me frene,
he vivido situaciones muy jodidas,
y he aprendido de las cosas que la vida arrebata y concede.
Odio saber a qué sabe la derrota,
muchos deberíais de cerrar la boca, no me conocéis,
fiel al rap desde hace ya casi una década,
el mundo necesita obras maestras como Agorazein.
Veréis la calma cuando acabe la tormenta,
bienvenida sea la suerte que despierta mi ánimo,
la historia se repite como un sampler, escribiendo
hasta las tantas como antes ya que en esto doy el máximo.
Yo ya he jugado con el fuego, me he curado las heridas
con la música y aún tengo bastante que hacer,
ni perdona, ni se para ese que gira en tu muñeca,
puedes llamarlo lógica, hermano, doy fe.

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