Nunca acabes como yo

Tú, ¿tienes un cigarro? ¿No? ¿No fumas? Bien. Eso está bien. No empieces a fumar, tío. Hazme caso. Todo el mundo dice que lo puede dejar cuando quiera pero... ah, qué coño, al carajo. No pueden, tío. No pueden dejarlo cuando quieran. ¿Sabes por qué, eh? ¿Sabes por qué? Yo, sí chico, yo, te lo voy a decir. No pueden porque son unas nenazas. ¡Eso es! ¡Unas putas nenazas! ¡Jajaja! El tabaco es otra droga, macho. Es legal pero al fin y al cabo es otra droga. Y no te creas que es mejor que las que son ilegales, no. ¿Alguna vez has chupado una carretera recién asfaltada? ¿No? Bueno qué coño, normal. Bueno. El caso es... el caso es que no sé qué coño lleva esa pequeña barrita blanca y... ¿naranja? Pero lo más parecido a fumarse un pitillo que encuentro es... eso, chupar una carretera recién asfaltada. Cuando pisas esa mezcla de... de alquitrán, de piedras y no se qué hostias más... se te queda en los zapatos y luego no lo puedes quitar. ¡Coño! No se quita, tío. Prueba con lo que sea. Restregarlo por la hierba, con hojas de periódico, un palo... Nada, no se quita. Pues lo mismo pasa en tus pulmones. ¿Sabes lo que te quiero decir? Está claro que no te vas a meter una hoja de periódico y restregarte los pulmones... tampoco te serviría. Y lo peor de todo es que joder si bebes asfalto una vez no lo vuelves a beber a menos que seas... qué se yo... totalmente gilipollas. Pues con un cigarro es distinto. Te puedes fumar uno. Dos. Tres incluso. Que siempre vas a querer más. Hostia, tío, te puedes fumar un paquete entero, ¡o dos! en un mismo día. Estoy seguro de que podría llenar el depósito del coche escupiendo y esa mierda correría más que nunca.

Por eso te digo que no fumes. Y lo mismo con el resto de las cosas. El alcohol por ejemplo. Sí, claro. Me dirás "no, es que el alcohol está bueno, es una bebida, si es en pequeñas cantidades se elimina del cuerpo..." ¡Y una polla! El alcohol nunca se bebe en pequeñas cantidades. Bueno, sí, en chupitos. Pero son muchas pequeñas cantidades. Y luego no puedes dejarlo. Y acabas todas las noches como una puta cuba. Oliendo mal y dando tumbos de aquí para allá. Se te traba la lengua, te conviertes en un despojo con mal aliento. Chin chin.

Pues eso mismo me pasa a mí con las mujeres. Son una especie de droga. Las necesito. Siempre en pequeñas dosis. Claro que no siempre he pagado por ellas. Irse de putas no es la solución, créeme. Hay... enfermedades y cosas de las que mejor no oír hablar. Se te cae la polla, tío. Pierdes tu pajarito. Se te vuelve morado y parece que meas... qué sé yo... ¿cuchillas de afeitar? Si... cuchillas de afeitar. Pero bueno eso es otra cosa. Cuando empiezas a salir con mujeres te parece entretenido. Joder que si es entretenido. Dime una sola persona a la que no le guste meterla de vez en cuando. Pero luego... luego se pierde esa magia. Cuando una mujer tras otra te destroza el corazón las ves como objetos para calmar tus ganas de follar... las amas y las odias a todas y cada una de ellas, todo al mismo tiempo. Es... es simplemente otra droga. Las necesitas. Todo hombre necesita una mujer para convertirse en una buena persona. Mírame a mi. Mírame... un sucio y asqueroso borracho. Un yonki de mierda. Voy por la vida como si fuese un triunfador. Dinero, trajes, coches, casas, fiestas, drogas caras... y qué. Ya no recuerdo la última mujer que se acostó conmigo sin haberse metido antes tres o cuatro rayas. Follarse a una tía colocada es una mierda deprimente. Y es aún más deprimente cuando tú estás tan colocado de esa... de esa mierda que ni te das cuenta. Sólo cuando te despiertas a la mañana siguiente y ves el charco de pota en la alfombra. Y da gracias porque la tía no la haya palmado en tu cama y que de su nariz no emane sangre como si fuese un manantial. No, hijo, no. No caigas en la adicción a las mujeres. Hazte adicto a una sola. A una que te quiera por lo que eres y no por lo que tienes. Si eres pobre como una rata y estás en la mierda... y aún así sale contigo... eres un tipo afortunado. Esa mujer te querrá siempre. Joder ha estado contigo en lo peor ¿no? Cuando las cosas vayan bien ella sabrá valorar que no siempre fue así. Pero el que más tiene que valorar eso... ese eres tú, chaval. Mírala a los ojos sabiendo que es lo más especial que te ha pasado en la vida. Que gracias a ella eres lo que eres y luchas por seguir siéndolo. Qué... ¿no tendrás un cigarrillo no? No, no... claro. Mírame a los ojos y prométeme una cosa, chico. Nunca... nunca fumes, ¿de acuerdo? No acabes como yo. No... nunca acabes como yo.

2 comentarios:

  1. Cuántas veces he querido yo dejar ese alargado y redondo palo blanco y naranja?. Y cuántas drogas encuentras peor que esa, y no chaval, no me refiero a drogas duras. Sólamente una jodida droga...se llama estupidez,por no valorar lo que tengo, ni la mirada de una mujer.
    Buen texto.

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  2. He descubierto este blog y la verdad no he podido parar de leerte desde que he entrado.
    Volveré a menudo por aquí.

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