Catedrático de alguna lengua muerta

Tú puedes perdonar si los errores fueron leves,
a mí me vale, siempre que me pruebes,
la vida es complicada y tú lo sabes,
no importa si te vas o si te quedas, aquí dentro ya no llueve.
Sólo gris color ceniza y no tormenta,
medidas enfermizas cuando el corazón calienta, 
pidieron libertad, están a salvo,
miré dentro del alma y la columna se hizo polvo.
Yo sigo en mi azotea con los dos ojos cerrados,
oyendo si respiras, cigarros encendidos,
yo sigo buscando que me saques del pasado,
si mañana será historia lo que hoy hemos vivido,
te hago partícipe de todos mis pecados,
y una lágrima en la arena sin saber por qué te has ido.
No más poesía, ¡por Dios!, no más suspense,
yo sigo en esta mierda hasta el día que me canse,
y con el ego hecho cenizas, pero deja que lo prense,
odiando lo que amo por mucho que lo piense.
Sólo tengo errores y algunas fotografías,
la lengua sucia y botellas vacías,
un par de versos, lápices sin punta,
catedrático de alguna lengua muerta,
todo problemas, a quién coño le importa,
si el orgullo se me esconde cuando entras por la puerta.
Paseos entre ruinas, colillas de Fortuna,
noches en blanco, susurros con la luna,
la pasta en la terraza o con la luz de la reserva,
cinco remedios y ninguno que me sirva,
tú solo observa, siéntate y escarba,
el oro está ahí debajo y la esperanza lo conserva.
Pégame un toque si me oyes, 
si ves a algún chaval bajo la lluvia, ahogándome en tu calle,
yo charlo con tu piva, pero omito los detalles,
y estará tarareando mis canciones cuando folles. 
No tengo más, al final siempre me rindo,
ya no hay silencio, pero yo lo sigo oyendo,
están gritando, yo sigo por el fondo,
las flores de colores y los pájaros silbando,
sólo son niños, mírales están creciendo,
déjales tronco que se sigan columpiando.
Metahedonista - O.G.

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