Hoy le sigo el juego

Dicen que cuando deseas algo con todas tus fuerzas acaba ocurriendo. Da igual lo que sea. Sólo tienes que cerrar los ojos, evadirte de todo lo que haya a tu alrededor, centrar tus pensamientos en esa única cosa. A veces es durante un mero instante, y a veces tienes que desearlo durante más tiempo.

¿Y qué pasa si llevas dos, tres, cuatro, cinco años? ¿Se cumple también? No sabría decirte si te compensa o no. Seguramente muchas personas te digan que sí. Que si realmente deseas algo no te importa tener que esperar el tiempo que haga falta. Bueno, yo soy de los que opinan lo contrario.

Debe ser por culpa de mi mentalidad bipolar. Cada día pienso una cosa distinta. Mi cabeza funciona a un ritmo que a veces ni yo mismo puedo seguir. Cambio de opinión tantas y tantas veces que hasta yo mismo me sorprendo. Puede que hoy esté obsesionado con una cosa, que no me lo pueda quitar de la cabeza ni por un instante... y puede que mañana no lo quiera ni para los perros.

Pues así es la vida. Un día una cosa, al día siguiente otra. Y sólo empezarás a entender de cómo va esto cuando comiences a aceptar este tipo de cosas. Cuando era pequeño ahorré y ahorré para comprarme mis primeras deportivas Nike. El día que me las compré estaba muy ilusionado con ellas. Incluso las limpiaba después de utilizarlas cada día. Bien, duró una semana.

Al final caes en la mierda de que son sólo unas zapatillas. Joder, me va a crecer el pie, voy a jugar al fútbol con ellas, se van a romper sí o sí. Para qué me voy a matar a cuidarlas si haga lo que haga se van a romper... Pero no todo es así. No todo es tan blanco o negro. Hay cosas que sí merece la pena cuidar, aunque sepas que acabarán rompiéndose, desapareciendo, que te olvidarás de ellas.

Esto de los sentimientos es algo complicado. No se puede hacer un patrón con el que comparar a todos. Si hay algo bueno en la vida, es que no siempre vas a sentir lo mismo en una situación igual o parecida.

La vida juega con nosotros a su antojo. Sólo de ti depende intentar ganar o seguirle el juego.

Yo hoy le sigo el juego. A lo mejor mañana cambio de opinión y pienso que ya se ha acabado la hora de perder.