Cada cual que elija la que quiera

"Vuelve la rutina y el mal humor de mi texto,
quemando ya los últimos de agosto"

Si hay algo que odio es la rutina, y lo peor es que ya es rutina odiarla.

Acabo odiando la rutina veraniega de estar todo el día medio ausente, bañado en un sudor pegajoso y rezando porque se haga de noche. Y cuando ya no hay Sol, lo mismo. Ni una ligera brisa, sólo calor, calor, y más calor.

"Vuelvo como vuelve el invierno en diciembre,
lo bueno acaba, nunca nada será para siempre"

Acabo odiando la rutina invernal de estar todo el día congelado, perdiendo la sensibilidad de los dedos, de la nariz, de la cara... lo bueno es que las hostias duelen menos.
Harto de la rutina de asomarme por la ventana y no ver más que nubes, árboles desnudos, kilos y kilos de ropa de abrigo: gorros, guantes, bufandas, donde se supone que debajo hay eso que conocemos como persona.

No hay nada peor que la rutina. Todos los días parecen iguales, las ganas con las que empiezas estos periodos acaban desmigándose cada día que pasa, quedándose al final en simple apatía y automatismo, es terrible. Y al final miras hacia atrás y te ves sonriente, con ganas de comerte el mundo, con una alegría incomprensible por estrenar la ropa y piensas: pobre iluso.

Al fin y al cabo la vida es puta pura rutina. Siete días a la semana, cuatro semanas al mes, doce meses al año, ni se sabe cuántos. Hay que disfrutar los pequeños cambios al máximo, porque la vida se acomoda y no nos ofrece tantas experiencias intensas como a nosotros nos gustaría. Por eso yo me las invento, me sumerjo en mis textos o ideas, camino por la calle imaginándome situaciones rocambolescas de las que salgo siempre más o menos airoso.

Es una manera de acabar con la rutina, cada cual que elija la que quiera.

"Un día más, crecí en un barrio sin estrellas,
dieciocho inviernos sacando ánimo de entre las piedras"

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