Como tú gustes

Andamos por ahí sin miedo a la muerte. Somos inconscientes. Ojos cegados por la droga y oídos sordos por los gritos. Con el gesto serio y los labios torcidos. El entrecejo apretado y los dientes haciendo fuerza. Salimos de casa y entramos directos en la calle.

La generación perdida lo llaman. Sí. Nos perdimos. Quisimos llegar al final por atajos y hemos terminado dando vueltas alrededor del mismo árbol. Alrededor de la misma loca. Alrededor de la misma botella.

Vivimos deprisa y tememos morir despacio. Todo a cien. Apriétale chingón. Apriétame chingona.

La vida pasa como el paquete de tabaco. Déjate uno dado la vuelta para el final. Es el de la suerte. El as en la manga. El comodín de la partida. La bala en la recámara. Llámalo como quieras. Al final te va a salvar el culo, primo.

Yo tengo algunos de esos rulando ahí fuera cada tarde. "Sólo espero que en la calle no me vendan por un coño." Tantas veces nos dijimos la mentira que ya pensamos que era verdad. Tantas veces nos lo dijimos que al final se hizo verdad. Ellos no tienen precio. Son cultura. Son arte. Son un Picasso olvidado en un viejo almacén. Son el vestido con el que murió Lady Di. El punteo de Hendrix y el semen de Peter North. Los labios de Coltrane y los menores de tu novia. Jódete, chaval. Son mis colegas.

Ahora te toca salir ahí fuera con pintas de tipo duro y demostrarle a la peña que no vas de farol. Pero te diré una cosa. El gesto es lo de menos. Lo que cuenta es lo que hagas. Pinta una chapa o pega el palo en Louis Vuitton. Cómprate unas Nike o unas New Balance. Hazte otro y echa el humo en sus tetas. Cómetelas como te comerías el mundo. Mejor aún, cómete el mundo como te comerías sus tetas.

Qué sé yo. Haz lo que quieras.

Escupe fuera, aquí los perros son de presa,
la trinchera por si hay guerra y en la cama las esposas.

Keep it como tú gustes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario