Ya te llegará el turno

La vida nos da mil palos y nosotros aguantamos otros mil. No tropezamos dos veces en la misma piedra, nos la metemos en el bolsillo y luego la tiramos para esconder la mano. Nuestros errores terminan por joder a terceros. Qué mágico el ser humano hoy en día, ¿no?

Tus errores también jodieron. Incluso más que los míos. Pero ella no lo va reconocer nunca, tío. Una mujer nunca reconocerá delante de ti que se equivocó y que tú tenías razón. No intentes comprenderla, sólo ámala, decían. No intentes comprenderla, sólo te va a joder el tiempo que le haga falta.

Si lo que suda es el corazón y no la frente llámalo atracción. Si lo que lloran son los ojos llámalo amor.

Hasta que no duele no te das cuenta de lo que la querías. Eres idiota. Yo soy idiota. Y todos los colegas que tienes son igual de idiotas. Júrate que nunca volverás a tirarte a los pies de una tía y te estarás mintiendo como un bellaco. Crees que la tienes pero es ella la que te tiene a ti. Es así de simple. Es ley de vida.

Sólo la experiencia y los duros golpes te enseñan. Aquí no vale la teoría. No hay un libro que te explique cómo has de querer a una mujer, ni de qué tienes que hacer para dejar de quererla. Realmente no hay ningún libro que te enseñe nada de eso. Sólo la experiencia y los duros golpes...

Y así pasan los días. Buscándonos alegrías entre dolores y unas tetas que nos hagan sentirnos como un hombre cuando realmente somos sólamente niños. Yo quiero que me hagan sentir ese pinchazo placentero, pero luego no encuentran el punto exacto y acaba doliendo demasiado. Supongo que sabrás de lo que hablo.

Y si no... bueno, ya te llegará el turno.

Vuestras sonrisas son armas de doble filo, nenas.

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