Oigo las gotas caer, el jazz de fondo

He mirao' en el botiquín pero no hay nada que me valga,
estoy donde el Fabriccio, poniéndome tibio y pensando en verla,
sé que tengo la perla y el talento pa' sacarla
pero me cuesta pulirla y no me compensa la carga.
Hablamos en la jerga de Kasadi,
yo soy un cabronazo, mejor búscate un Sifredi,
quiero sonreir y ser amable como cuando era cani
y estar castigao' el domingo por traer notas al keli.
Tarde, otra vez es tarde,
marcas en el cuello y ganas de volver a despertarte,
Agorablood hasta la muerte, ¡Dios! dónde nos dejaste,
celebro lo que tengo es mi desastre.
Compórtate o deshaz tú lo que hiciste,
lo viste o no lo viste, al mundo se la suda que estés triste,
y a mi me la suda tu rapero favorito
y tu manía incomprensible de escribir como si fuera listo.
No, yo no soy perfecto
y si me vas a follar primero asume mis defectos,
a veces mis virtudes impresionan,
pero yo ni Alá, ni Conan, ni Buda, ni Mahoma, soy un puerco.
Y del resto no me fío si no son parte de mi,
todo tiene sentido excepto el qué coño hago aquí,
y que bonito hubiera sido y todo eso...
ya bueno, pero el caso fue que no estabas allí, eh.
Como la droga, directo a la cabeza con las penas,
las idas y venidas, las mareas,
el sudor sucio de una noche entre las manos,
ahí fuera llueve a mares y aquí dentro nos ahogamos.
Tormenta de verano en nuestro páramo, alejados,
pensativos y callados, tira tus dados,
almacenados como gramos de reserva,
y te dejo tus problemas, una silla y una cuerda.
Oigo las gotas caer, el jazz de fondo,
cenizas y palabras en el cuenco,
un estruendo en mi cabeza, cada frase que se aleja
y me destroza, en mi hoja heridas secas.
Descompuestos pero juntos, al límite,
muertos de vértigo, sin miedo al embite,
al pique, al salto, buscando la tregua,
Agorasangre, sin tus mierdas en la lengua.

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