Apacible

Mezclamos barbitúricos de a quince el seguir vivo y Absolut a morro. No había ninguna música de fondo. Al menos ya no la escuchaba. Sólo oía carcajadas lejanas que rebotaban contra las paredes del cuarto y me estallaban en el cerebro, haciéndome andar a gatas como bajo alambre de espino.

'¡Es la guerra!', repetía, y daba otro gran trago. Todavía hoy queda alcohol repartido por la alfombra. No sé si hicimos el amor. Creo que no. A eso no se le puede llamar amor.

Sólo bebimos y echamos ojo a los viejos álbumes hasta que el día nos pilló de sorpresa y nos mató la vista.

Hoy en día From Silence va por nosotros. Al final, lo único que quedó es el silencio. Cómodo, demasiado largo y con esbozos de dejar de serlo. Pero, tristemente, el disco siempre acaba igual.

No existen las noches en vela. El insomnio es un estado mental que inventé para tener más horas en las que pensar cómo olvidar o revivir todo aquello. Tanto tiempo después y aún no he conseguido ninguna de las dos.

Algún día me levantaré de la cama y recordaré qué canción sonaba mientras nos despedíamos sin darnos cuenta.

Hasta entonces, yo seguiré aquí, escribiendo poemas sobre el mar, la infinitud del universo y lo apacible que se ve la muerte.

4 comentarios:

  1. Que bueno. Hacia tiempo que no pasaba por aquí y sigue igual o mejor que siempre.

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  2. Sigue igual,bien empapado de alcohol.
    Me obsesiona ver como escribes,es tan cercana y abusíba que me deja empapada entre sabanas.
    Un abrazo y felices fiestas.
    Espero que tengas mejores fiestas que yo chaval y si,hacer el amor es algo en lo que tienes que acordar,follar ya es otro mundo.......

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