Por ejemplo, tenemos el placer de
Quitarte las deportivas/zapatos/botas (calzado en general, sin contar chanclas) después de todo el día de aquí para allá - éste placer se ve aumentado en mil puntos si además te quitas los calcetines -. Llegar a tu casa, quitarte los vaqueros y ponerte un pantalón de pijama, de chándal o, incluso, no ponerte ningún pantalón (fuck yeah!).
Esos son pequeños placeres caseros (el de
Muchas veces estoy deseando llegar a casa unicamente para quitarme las deportivas. Oh, Dios, esas que tanto me gustan, esas por las que he llegado a pagar hasta cien pavos, esas que cuando vuelan desde la puerta de mi habitación hacia la pared hacen que tenga tres orgasmos seguidos.
En definitiva, quien no disfruta de la vida es porque no quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario