Guárdame un sitio en el infierno

¡¿Y cómo coño crees que me siento, eh?! ¡Ayer estaba en la cumbre joder, en la puta cumbre! Y hoy me arrastro entre la mierda, buscando un callejón lo suficiéntemente oscuro como para tumbarme a morir sin que un yonki me moleste mientras rebusca en la basura.

Para ti todo es muy fácil, ¿no? Tu mujer te quiere, tus hijos van a la universidad, tu jefe te respeta... aunque sólo sea por lo bien que le chupas la polla. Pero y qué pasa conmigo, eh, qué pasa conmigo. Mi ex-mujer se folla a otro y mi hijo ni siquiera sabe la mierda con la que se droga. Yo no tengo trabajo ¿sabes? Yo vivo de la caridad, ¡de la puta caridad! Este jersey es de la iglesia tío, de la puta iglesia. ¿Sabes cuántas veces me he cagado en Dios, lo sabes? ¡No! ¡Ni siquiera yo lo sé! Y ahora tengo que recurrir a él para poder salir a la calle sin que me detengan por escándalo público.

¿Esta es la sociedad justa que nos quieren vender, eh? ¿Es esta? A la mierda con la sociedad tío, a la mierda con todo. Estoy hasta los cojones de que un gilipollas, un don nadie repeinado se crea mejor que yo, con más derechos, sólo por llevar un traje. ¡Yo despedí a ese hijo puta joder! Y ahora me cruzo con él y le veo con su maletín, su traje de mil dólares y su sonrisa de: Eh, miradme. Soy alguien importante.

Tú no eres nada cabrón, eres sólo otro mierda que ha llegado hasta donde estás por ser hijo de quien eres. Hijos de puta. ¡Yo sí me lo merecía! Yo he visto como mataban a mi vecino de enfrente desde el portal de mi casa, yo he visto como mataban a mi mejor amigo por cincuenta cochinos dólares. Yo he visto como un grupo de italoamericanos pegaba a un negro que volvía del colegio ¡sólo por ser negro! Malditos cerdos.

Cuando naces en la miseria y consigues apartar todo el estiércol que esos maricas suponen, cuando el alcalde de la ciudad se baja los pantalones ante ti, y te ofrece su mejor whisky mientras su secretaria se pinta los labios para acabar chupándotela al salir, sólo en ese momento sabes que has llegado a lo más alto. ¡Sólo yo he llegado a lo más alto!

No soy mejor que ellos tío, no. Todos somos basura de una misma bolsa, distintas cagadas de un mismo chucho. Sólo que yo he conseguido hacerme notar entre el resto. ¿Y para qué? ¡Para nada! Esos envidiosos hijos de puta, los que me llamaban señor hace no mucho, esos buitres carroñeros han estado jodiéndome desde el primer día. Me daban palmadas en el hombro con la mano izquierda y con la derecha me daban la hostia...

¿Pero qué cojones te estoy contando? Tú eres otro puto buitre cabrón. Y tú eres el peor de todos, si. Sabías que yo iba a llegar lejos y metiste tu hocico en mi culo desde el primer día. Yo no te he importado una mierda. Mi dinero es lo único que te importaba. Estarás contento cabrón narcisista. Limpiándote las pajas con mis billetes de veinte. Andrew Jackson debe estar revolviéndose en su tumba. Partirse la cara contra los ingleses en Nueva Orleans para que tú acabes llenándole de semen. Valiente hijo de puta.

¿Pero sabes qué? Todo esto se ha acabado. Ahora os voy a joder yo a vosotros. Lo bueno de estar en mi situación es que todo te suda los cojones. No tengo nada que perder. Lo mejor que me puede pasar es que acaben matándome. Yo soy el peligroso ahora, porque no hay nada más jodidamente peligroso que un hombre que no tiene nada que perder. Y tú vas a ser el primero. Fuiste el primero en llegar y serás el primero en irte. Así es la vida, amigo.

Guárdame un sitio en el infierno porque dentro de poco volveremos a vernos, bastardo.

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