Como siempre

Quiero un par de coches y una casa frente al mar, una cerveza en la mesa y un cenicero lleno de colillas.

Que una mujer me pregunte qué estoy haciendo y contestar algo así como: 'Aprovechar ahora que sé que nunca seremos felices.'

Y si eso no puede ser, ¿para qué quiero hacerme viejo?

Vivir continuamente en un cuerpo de un tipo de treinta y tantos y conservar la estupidez de un chaval de diecisiete. De esos que creen que están enamorados y que su vida es muy difícil.

¿Hablo del madurito interesante o del proyecto de Hank Moody? Al final se resume en que somos hombres, la edad es otra actriz secundaria. No la tendremos en cuenta hasta que sea demasiado tarde para volver con ella.

Joder, si parece que la piedra con la que tropezamos la pusimos nosotros mismos.

Quiero una mujer que me enseñe los mil cuarenta y siete errores que he cometido a lo largo de mi estancia aquí y me pida que los repita las mil cuarenta y siete noches que estaremos allí.

A la mil cuarenta y ocho escaparé como un cobarde. Saltaré por la ventana con la camisa y los vaqueros en la mano como hacen los buenos amantes. Algo sí que he aprendido.

Y miraré el ir y venir del mal y el ir y venir de mis pensamientos guarros. Encenderé un cigarro y brindaré con el mar por los buenos ratos que hemos pasado y lo pequeño que me siento delante de él y lo grande que me siento encima de ti.

Y después me tocará intentar hacerte el amor.

Aunque acabaremos follando, como siempre.